El verano es una época en la que nuestra piel se expone al sol de forma intensa y prolongada. A medida que llega el otoño y nos despedimos de los días soleados, es importante prestar especial atención a la salud y el cuidado de la piel después del verano

Desde nuestro centro médico te daremos algunos consejos clave para mantener tu piel sana e hidratada después de esta época del año.

¿Qué efectos tiene el verano sobre nuestra piel?

En la época estival hay muchos factores externos que pueden afectar de manera racional a nuestra piel si no la cuidamos durante estos meses, aunque no olvides la importancia del cuidado de la piel previo al verano.

Para exponer nuestra piel al sol, es fundamental el uso de protector solar, la hidratación regular, la limpieza suave de la piel y la adopción de una rutina de cuidado de la piel adecuada para mantener la salud y la apariencia radiante de la piel durante esta temporada.

Nuestros dermatólogos te recuerdan algunos motivos por lo que nuestra piel puede verse afectada:

Exposición al sol:

La radiación ultravioleta (UV) del sol es más intensa durante los meses de verano. Teniendo en cuenta que la sobreexposición a los rayos UV puede causar quemaduras solares, enrojecimiento, descamación, sequedad e irritación de la piel. Además, los rayos UV pueden penetrar en las capas más profundas de la piel y dañarla, lo que puede llevar a la aparición prematura de arrugas y envejecimiento.

Deshidratación:

El calor intenso y el sudor excesivo pueden provocar deshidratación de la piel. La deshidratación hace que la piel se vea opaca, áspera y seca. También puede acentuar la apariencia de líneas finas y arrugas. Por otro lado, el exceso de sudor puede obstruir los poros y contribuir a la formación de granos y brotes de acné debido al aumento de la transpiración.

Cloro y agua de mar:

El cloro de las piscinas y la sal del agua de mar pueden causar irritación y sequedad en la piel. Estos productos químicos pueden alterar el equilibrio natural de hidratación de la piel y hacer que se sienta áspera y tirante.

Estilo de vida al aire libre:

Durante el verano, es común participar en actividades al aire libre, como deportes o pasar tiempo en la playa. Estas actividades pueden exponer la piel a factores ambientales agresivos, como el viento, la salinidad del aire y la contaminación, que pueden dañar la barrera protectora de la piel.

Consejos para cuidar la piel después del verano

Cuidar la piel durante todas las épocas del año es importante, ya que cumple funciones esenciales para nuestra salud. Además de ser nuestra barrera protectora contra factores externos, la piel nos ayuda a regular la temperatura corporal y actúa como un escudo contra los rayos ultravioleta del sol. 

Mantener una piel saludable nos brinda una apariencia radiante y joven, esto puede ayudar a mejorar nuestra autoestima y confianza. Al cuidar nuestra piel adecuadamente, podemos prevenir el envejecimiento prematuro, evitar problemas dermatológicos y promover una apariencia saludable y luminosa a lo largo del tiempo.

Hidratación esencial:

Es fundamental beber mucha agua y utilizar cremas hidratantes adecuadas para tu tipo de piel. Las cremas que contienen ácido hialurónico son excelentes opciones, ya que ayudan a retener la humedad en la piel y mejorar su aspecto general.

Tratamientos faciales:

Considera la posibilidad de someterte a tratamientos faciales específicos, como peelings o mascarillas de vitamina C, que ayudan a eliminar las células muertas y promueven la regeneración de la piel.

Cuidado corporal:

No olvides que la piel de tu cuerpo también necesita atención después del verano. Utiliza geles de ducha suaves y evita los que contengan ingredientes agresivos. Después de la ducha, aplica una crema hidratante corporal o aceite para mantener tu piel suave e hidratada.

Protección solar:

Aunque el verano haya terminado, los rayos ultravioleta aún pueden afectar a tu piel. Continúa utilizando productos con factor de protección solar durante todo el año, especialmente en las áreas expuestas al sol, como el rostro, escote y las manos. 

Limpieza e higiene:

La limpieza adecuada de la piel es esencial para mantenerla sana. Lava tu cara dos veces al día con un limpiador suave y evita frotarla en exceso, ya que esto puede dañar la capa externa de la piel. Además, recuerda limpiar tus manos regularmente, especialmente antes de aplicar cualquier producto en tu rostro.

Alimentación saludable:

La salud de tu piel también depende de tu estilo de vida y tu alimentación. Incluye en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, que ayudan a mejorar la apariencia del cutis y combatir los efectos negativos de los radicales libres. 

Si tienes problemas específicos en tu piel o notas cambios preocupantes, puedes contactarnos  y te daremos cita a nuestra consulta dermatología. Nuestros dermatólogos podrán evaluar tu piel y recomendar los mejores tratamientos y productos según las necesidades de tu piel.

Cuidados de la piel para después del verano
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